"A veces creo que no somos más de lo que creemos ser"
- Philips, el filósofo anónimo
Cada persona cree lo que 'quiere' creer, algunos son adeptos a una religión por el simple hecho que sus padres se las inculcaron. Otros más porque trataban de hallar el camino a la verdad, a ese rumbo desconocido que muchos quieren alcanzar ... conocerse a uno mismo.
"Yo no pedi nacer, no pedi tu sufrimiento, no pedi ser parte de una creencia que ni tú mismo entiendes..."
Todos tenemos dudas, vivimos en un mundo material donde el dinero vale más que las personas.
"¿Valgo solo por lo que poseo?, y ¿si no tengo nada no valgo?"
No importa nada más que el dinero, así es la realidad de este mundo, un mundo material. La duda aparece, muchos tratan de justificar ese vacío, esa sensación de malestar, de un ahogo existencial(sic), la existencia de reconocerse importante por el hecho de solo tener($).
Esa justificación puede ser la religión.
El libre albedrío nos permite reconocernos (o no) en una fe, en una creencia, en una forma de ver la vida. No es buena ni mala, tan solo es una elección, tal vez una que no todos la tomaron libremente.
Claro, existen individuos que manejan estas creencias, que se aprovechan de las dudas y problemas emocionales de las personas y los encaminan a una creencia sin valores universales, una visión cerrada (y errada) de todo lo humano.
"Si yo estoy de acuerdo con una creencia y la creo verdadera, entonces ¿qué me impide hacer que los demás también la crean?"
El lobo disfrazado de oveja,guiando a sus ovejas al matadero. No les importa el sufrimiento de los demás, tan solo que estas llenen sus bolsillos.
"El ateo niega algo que considera no existe, el creyente acepta algo que nunca ha visto, pero cree ciegamente"
Sin embargo, la decisión es nuestra, nosotros elegimos o no seguir una creencia, adoptar un camino, tener una visión propia de nuestra realidad.
Creer o no hacerlo, es una decisión propia, una que nos puede dividir ... pero que es propia de cada ser.
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